Carteles de cine de Cruz Novillo

Mañana 12 de junio de 2021 el director de cine Luis García Berlanga habría cumplido cien años. En este «Año Berlanga» se han programado muchos actos para celebrar su centenario. «Plácido», «El verdugo» y «La escopeta nacional» son tres de las películas que más me gustan de esa fértil colaboración que se dio entre Berlanga y el guionista Rafael Azcona. En «La escopeta nacional» Berlanga vuelve a diseccionar a la sociedad española con un humor satírico y escenas esperpénticas inolvidables.

Viendo de nuevo el cartel de la película del año 1978, me he acordado de otros carteles de cine diseñados por Cruz Novillo, que presentan el mismo carácter innovador que el diseñador ha reflejado siempre en sus piezas de diseño corporativo. Desde los años 60, José María Cruz Novillo ha realizado cerca de 80 carteles para directores como Carlos Saura, Luis G. Berlanga, Víctor Erice y Jaime Chávarri, entre otros.

Los carteles de cine de Cruz Novillo permiten observar el transcurso del cine español y de la propia sociedad española.

Paul Rand, forma y contenido

A lo largo de sus 60 años de carrera profesional, Paul Rand contribuyó de manera decisiva a definir la comunicación visual en EEUU. En sus diseños editoriales, anuncios publicitarios y proyectos de identidad visual, Rand incorporó ideas europeas de vanguardia combinando artes visuales y diseño comercial. Especialmente en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Paul Rand transformó la Publicidad con un nuevo y moderno enfoque para vender productos.

Admirador de artistas como Paul Klee, de los tipógrafos suizos y convencido del pensamiento sobre la forma y la función que surgió de la Bauhaus en Alemania, Rand no dudó en incorporar estas influencias a sus trabajos.

En 1947 fue nombrado director de arte de la agencia de publicidad William H. Weintraub & Co. En aquella época el texto era la parte más importante a la hora de crear un anuncio. Los redactores entregaban largos textos que, una vez aprobados, eran entregados al dibujante para que ilustrara el contenido. Paul Rand cambió la forma de trabajar porque para él la eficacia de un anuncio dependía de la forma en que las palabras y las imágenes se combinan en la página.

Rand utilizó en sus anuncios el humor, diseñó personajes como el camarero de los anuncios de brandy Coronet y empleó en sus composiciones técnicas como el collage, el dibujo, la fotografía y la tipografía. Aunque es Giovanni Pintori el nombre vinculado a la publicidad de Olivetti, Paul Rand también diseñó anuncios para la marca italiana de máquinas de escribir.

King Kong, la octava maravilla del mundo

Me conmueve que V comparta nuestra fascinación por la primera película de King Kong. Estrenada en 1933, King Kong reúne tres elementos que la convierten en una película imperecedera de ciencia ficción: un mundo perdido, una criatura temible y gigantesca y una historia de aventuras que incluye el mito de la «Bella y la Bestia».

Kin Kong (1933). Source IMDb photo gallery

Hoy en día no es fácil sorprender con los efectos especiales, pero puedo imaginar la reacción del público que en los años 30 asistió a un pase de King Kong. Su creador, Willis O’Brien, fue un pionero de la animación y los efectos especiales. Modeló sus primeras piezas principalmente en arcilla, volcando su creatividad y métodos innovadores en varios cortometrajes de temática prehistórica. Diseñó armaduras articuladas cubiertas con pieles de goma, que permitían a sus criaturas moverse, luchar y asombrar a una audiencia más inocente que la de ahora.

Kong aparentaba más de 20 metros de altura, aunque en realidad era una maqueta articulada de 45 centímetros, formada por una armadura metálica cubierta con piel de conejo. En el rodaje de ciertas escenas, se utilizaron piezas de mayor tamaño como la cabeza del gorila, una mano y un brazo. Para dotar de personalidad a la bestia, O’Brien estudió los movimientos de los gorilas y asistió a combates de lucha para perfeccionar las coreografías de las batallas en la Isla Calavera. El uso de la técnica de animación Stop-motion dio vida a tan extraordinaria criatura.

La productora, RKO Radio Pictures, publicitó la película en periódicos, radios y en carteles como los de las imágenes de arriba. La publicidad prometía una experiencia sobrecogedora nunca antes vista, y no defraudó, dado el éxito comercial del filme. De entre los muchos carteles de cine que existen sobre King Kong, destaco el de la imagen de la derecha. Es una obra del diseñador francés Rene Peron de estilo Art Deco.

La publicidad de Olivetti a través de Giovanni Pintori

En casa de mis padres hay una antigua máquina de escribir Olivetti. Mi abuelo se la regaló a mi madre para que aprendiera mecanografía. Aún recuerdo el sonido de las teclas al escribir y el retorno de carro.

La empresa italiana Olivetti, fundada en 1908, supo ver en el diseño un elemento clave en la construcción de su identidad corporativa. Parte del éxito se le puede atribuir al diseñador Giovanni Pintori, que durante más de 30 años diseñó la publicidad, los folletos y los calendarios anuales de la compañía. Pintori creó un lenguaje visual único, formado por colores vibrantes y un uso equilibrado de las formas orgánicas y la geometría.

Los diseños de Giovanni Pintori lograron ilustrar la complejidad del interior de la máquina de escribir con trazos simples, concisos y formas geométricas. Además de máquinas de escribir, Olivetti también fabricó calculadoras. Pintori jugó con los números utilizando el color y las formas tridimensionales para crear muchas variaciones interesantes.

Un Bob Dylan genuinamente americano

En el libro Conversaciones con Peter Mayer, Milton Glaser hace una reflexión interesante sobre el proceso creativo de un diseñador y de un artista.

Los mejores trabajos surgen de la observación de fenómenos que existen con independencia unos de otros. Lo que el diseñador intuye es una conexión. […] el acto crítico consiste en comprender las conexiones y asociar fenómenos que nunca se habían vinculado de modo que formen una especie de unidad.

Milton Glaser. ¿Arte? ¿Diseño? 1972.

El diseñador percibe un modo de unir entidades separadas para crear una nueva experiencia perceptiva. Una nueva imagen.

Cartel Bob Dylan de Milton Glaser, 1966

Milton Glaser se inspiró en un autorretrato siluetado de Marcel Duchamp en blanco y negro para diseñar este cartel de Bob Dylan en 1966. Ese año el músico había sufrido un accidente de moto y corrían rumores de que había muerto. La discográfica CBS Records encargó a Glaser el cartel para incluirlo en el nuevo álbum Bob Dylan’s Greatest Hits y generar publicidad positiva. En aquel momento el diseñador neoyorkino, tal y como se recoge en su libro, estaba interesado en ciertas formas de la pintura islámica que utilizó para representar ese colorido y ondulado cabello de Dylan.

Lo curioso es que este cartel de Bob Dylan se perciba como algo «genuinamente americano» cuando proviene de referencias estilísticas tan diferentes. En este punto Glaser introduce un concepto esencial y es el de «Verosimilitud». Lo que hace que esta obra se perciba como verosímil tiene ver con un momento cultural determinado. El pelo colorido del cartel evoca los efectos visuales de las drogas psicodélicas, populares en la corriente contracultural de los años 60.